Desde la mirilla

Aunque quizás no estés en mis alrededores
te sigo y te persigo.
Conozco cáda una de tus notas,
cáda una de tus palabras.
Y cuando me despistas,
me ahogo sin darme cuenta.
Vaso medio vacío.
Extrañamente no te tengo
pero te percibo, te huelo
aunque no llego a morderte.
Tan libre que te me escurres entre los dedos.
Te me vas.
Te fuiste.
Y me gusta,
lo disfruto.
Lo llevo conmigo,
en mi bolsillo mas pequeño,
para que no te me pierdas
y tenga que volver a encontrarte.