Atonía y Yerro


¡Atención!
Cuando el rayo encandila duele, mejor sentir el calor. (¡Que bochorno!)

Si tienes buen olfato sabrás bien que el impávido tull es engañoso. Ya.

¿Dignificar a la palabra magna? (¡Otro bochorno!)

Sabrás bien, también, que en el desenfado encontrarán locura y así la predicarán, haciendo que su verborragia (trillada pero infalible) se asemeje cada vez más al maloliente intelecto ya en desuso. Ahora.

Hoy amamanté una paranoia bastante intensa... una especie de desencanto demasiado fértil. Cuanta ineptitud dormita en este preciso instante.

Ya.

Pasar desapercibido ante los propios ojos de la sutileza, alinearse sin incomodidad alguna con las suposiciones. Así es fácil predicar, así es fácil radicalizar.

Somos nosotros quienes silenciosamente camuflamos el flagelo. Directamente.