
quiero verte para pegarte, arañarte, morderte, llorar, insultarte, gritarte cobarde, qué por qué me dejaste sola, por qué me abandonaste así cuando había acomodado el corazón al lado tuyo, tirarte del pelo fuerte muy fuerte, con todas mis fuerzas, luego más suave, casi una mímica, para después peinarte, acariciarte, llorarte, que me pidas disculpas, que no sabés construir nada, que lo vas a intentar, qué mi amor lo vale, que me querés, y besarte, pedirte perdón por lo que hice mal y no veo, que me beses como aquella vez, enjuagarnos las caras con nuestras lágrimas, arrancarnos la ropa, recorrernos como sólo nosotros lo hacemos, penetrarnos, encastrarnos, explotar, dejar que se nos descosa el pecho y las costillas se enreden...
asi nos obligan a permanecer besándonos la cara y el alma, para siempre.