Bus

Venia todo bárbaro en el dia. Me había tomado una tasa de yogur con cereales, un pedazo de flan con dulce de leche, y me había comido unas tostadas con manteca que estaban bárbaras. Me lavé los dientes, me miré al espejo, y continué con mi rutina diaria para no perder la costumbre. Agarro los pantalones, y me doy cuenta uqe la bragueta esta rota, maldigo al que invento los cierres y le resto importancia, me pongo el otro pantalón, remera, etc y me dispongo a salir para mi bendito trabajo.

Me siento en la parada, al lado de dos veteranos que tenían un problema, para ellos un gran problema, para mi no eta para tanto, se habían olvidado de cómo se llamaba la primera película de la marylin monroe y se lo adjudicaban a la falta de fosforo en el cerebro.

Después de discutir entre ellos por mas de 4 minutos, y con mi cara de dormido habitual, llega el bondi, apurado.

Dejo pasar a los veteranos, no sea cosa que esos malditos jubilados me afanen algo, y me dispongo a subir esos escalones sagrados. Pago mi boleto y me siento a pensar en lo malo que puede ser ponerse a pensar en mirtha legrand. Con mi cabeza recostada en el vidrio semi empañado, HUMEDAD 84% y la máxima para hoy es de 9º (al menos eso dijo el de la radio), imagínense lo que era aquello de frio, con las manos en los bolsillos tarareo intelectualmente una cancioncita de Chiquititas, y sigo intentando hacer que el tiempo pase mas rapido.

En las tantas paradas que hizo el bondi, sube un sujeto de tez amarronada, la cabellera con un look semi Afro, los ojos y dentadura bien blancos, con una mochila bien grande atrás. Subiendo los escalones le hace una guiñada al chofer y este lo deja pasar tranquilamente. Al terminar de subir los escalones empieza a aclamar con su vos con un tono medio..., como si tuviera un gallo atravesado, CAFÉ CAFÉ! CALIENTITO EL CAFÉ!, yo con mi cara de anonadado me pregunte : desde cuando venden café en los ómnibus? Con la interrogante planteada segui mis pensamientos y deje al cafetero susurrando detrás de un poste sin prestarle mucha atención.

A las no se cuantas paradas el ómnibus frena nuevamente, pero esta parada no se poruqe me sono algo extraña, en fin, sigo pensando en frutas secas, en pink floyd, recordando el programa QUE APOSTAMOS? Y todo ese tipo de cosas uqe nos hacen parecer que el tiempo va mas rapido de lo que uno piensa, cuando de repente se ve que viene una persona vestida de azul, con un gorrito, un sweter y un cartoncito en el pecho. Supongo que debe ser el guerda dije yo, y segui pensando bobadas.

Después de haberle requisado el boleto a todas las personas qe estaban delante mio, me toco el turno, pero yo como no le habia prestado atención, no habia buscado ese cosito llamado boleto. Al acercarse a mi me dice: señor, su boleto.... Yo con la mayor indiferencia le contesto que ya se lo doy. Cuando meto mi mano en el bolsillo de la campera me doy cuenta que el bolsillo tiene un agujero mas grande que la campera en si. Busco en otros bolsillos, sin encontrar respuesta, hasta inclusive busuqe en ese bolillo chiquito que esta situado dentro del bolsillo derecho (generalmente) de los jeans, pero no obtuve respuesta. Intente no ponerme nervioso, pero no pude no hacerlo. Cuando me doy cuenta que el boleto estaba en el piso, lo levanto y se lo doy al guarda. Cuando se lo entrego lo mira con el ceño fruncido, lo examina, le siente el olor (¿?¿?¿?) y me dice: PERO MIJO!, este boleto es del año 1962, me esta tomando el pelo no????!!!??? Y cuando me lo da para mostrarme que no era mentira lo uqe el afirmaba el boleto cae el pizo. Cuando me agacho a levantarlo, con mis manos sudadas, me doy terrible golpe en la cabeza con el asiento de adelante y pierdo el conocimiento (según me dijieron unas voces amigas). Al levantarme , veo que mi cuarto tiene poca luz, que no estoy en mi casa, que tengo una camisa demasiado ajustada que no me deja mover y que en la puerta de mi cuarto dice: Alvaro D´Alessandro esquizofrénico grado máximo.

La persona de tez amarronada no es mas que el enfernero que me trae las pastillas y el supuesto guarda es el que se encarga de asegurarse de que tome esas pastillas y sino lo hago me pega con un palo demasiado grande. Al dejar al enfermero atrás y no darle importancia el guardia me la pegó con su palo.